La escena ocurre durante la Batalla del Somme en 1916, una de las más sangrientas de la Primera Guerra Mundial, conocida por el uso de la guerra de trincheras. En esta batalla, los soldados vivían enterrados en zanjas bajo condiciones extremas y constantes ataques. Emi y Tito eran dos soldados que defendían su trinchera cuando, el 22 de julio, comenzó un fuerte bombardeo enemigo. A pesar del miedo, se mantuvieron firmes, disparando y cubriéndose mutuamente mientras el enemigo avanzaba. Tras horas de combate, lograron resistir el ataque. Su experiencia refleja el horror, la resistencia y el desgaste que caracterizaron la guerra de trincheras.
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